Espiritualidad
CARISMA SALESIANO
Don Bosco, bajo el influjo del Espíritu
Santo, congregó en torno a sí un amplio movimiento de personas, atentas a
las necesidades de los demás, en particular de los jóvenes pobres,
indefensos y en peligro.
La conciencia viva de la difícil
situación de la juventud lo llevó a mirar más allá de las paredes del
Oratorio. El Espíritu le había dado una mirada nueva sobre el mundo
juvenil de su tiempo. El encuentro diario con su pobreza material y
espiritual, y con su “grito de auxilio”, plasmó su corazón. El celo
apostólico lo hizo Padre sincero, Amigo fiel y Maestro escuchado por la
juventud.
Como miembros de la Familia Salesiana nos
sentimos, en la Escuela de Don Bosco, misioneros y misioneras, en
especial de la juventud.
Juan Bosco, en relación con los
compañeros de trabajo en los campos, se transforma en apóstol de la
alegría y de la bondad, en las tardes invernales.
Juan Bosco, como estudiante, en Chieri,
funda con algunos amigos la “Sociedad de la alegría”, cuyo primer
artículo [del Reglamento] es la ayuda mutua, la defensa de quien está en
necesidad, la cercanía -en todo caso con quien está sufriendo.
Don Bosco, joven sacerdote, vive la
experiencia del Oratorio como vocación de acogida y de acompañamiento a
quienes están sin casa, o no han tenido el calor de un hogar.
Don Bosco, ya maduro, fundador de
institutos religiosos y de grupos laicales, muestra a su Familia
espiritual el amplísimo campo apostólico de la educación de la juventud y
del pueblo sencillo. Vivió en plenitud el icono de Emaús, haciéndose
pequeño con los pequeños, grande con los grandes, verdadero compañero de
camino de jóvenes y adultos. (Carta de la Misión para la Familia
Salesiana)
Con María Dominga Mazzarello vivió una
experiencia espiritual y religiosa que sorprende por las mediciones que
había preparado el Señor, por los encuentros providenciales, por la luz
de una intuición recíproca que superaba el contexto apostólico de la
época y por la auténtica y fecunda colaboración en la fundación del
Instituto de Hijas de María Auxiliadora. (Carta de Comunión de la
Familia Salesiana)
¿Por qué “SALESIANOS”?
Contesta el mismo Don Bosco: “…como
nuestro ministerio entre jóvenes exige mucha serenidad y mansedumbre,
nos habíamos puesto bajo la protección de este santo [San Francisco de
Sales] a fin de que nos obtuviese de Dios la gracia de poder imitarle en
su bondad extraordinaria y en el celo pastoral…” (Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales)
Fuente: IMA Neuquen